Melancolía

no es alegría ni tristeza, pero tiene mucho de ambas.

Dosydos

cuatro, a no ser que uno se dedique a la política, en cuyo caso son tres y medio, y el otro medio palasaca.

Once ese

o cómo la invención de un enemigo identificable con el mal absoluto puede convertir a quien se supone que le combate en una especie de enviado divino situado por encima de cualquier juicio ético.

Concurso

organizaron un campeonato mundial de la incertidumbre y nadie se decidió a presentarse, así que no supieron qué hacer con el premio.

Tiempos

Vivimos tiempos de paz
y alegría,
los niños protestan
por no conseguir
su penúltimo capricho,
vestidos de chillones colores,
mimados, protegidos, proyectados.

Vivimos tiempos de victoria
y celebración,
ignoramos
las filas de dientes
desprendidos de sus encías
por falta de ejercicio,
les regalamos
tornillos para ensamblar armarios
y talamos los bosques
con que levantan sus casas,
les robamos las vacas
y les vendemos
leche en polvo.

Vivimos tiempos de locura
y orgía,
las mozas se desmozan
y los mozos se desganan,
demasiado fácil la presa,
parece que todos buscaran
nuevas formas de muerte
y olvidaran la vida.

Vivimos tiempos de egoísmo
y pragma,
contacto, influencia, interés...
todos dominamos esas palabras.

Vivimos tiempos de libertad
y democracia,
podemos decir lo que pensamos,
siempre que no sirva
para nada.

Vivimos tiempos de globalización
e interculturalidad,
toco el tambor y soy un poco
más africano,
pero comiendo a diario.

Vivimos tiempos de industria
y arte en serie,
de plástico
y realidad virtual,
de avances hacia
ninguna parte.

Tiempos de cambios
que no son,
tiempos de orden establecido
y estable.

Gata

animal del que, interesantemente, algunas mujeres adoptan actitudes y maneras.

Malaidea

Había dos hermanos. A uno le gustaba el colacao, y al otro el nesquik. Y ambos insistían a su madre para que su respectiva marca favorita fuera la única que comprara. Su madre, quizá para enseñarles que en esta vida hay que aprender a negociar, decidió comprar sólo un marca cada vez, alternándolas. Cuando el primer hermano vio que el soluble de cacao que su madre traía no era de la marca deseada, se dedicó a consumirlo con avidez para que el bote se agotara rápidamente, y así poder disfrutar cuanto antes de su bebida favorita. No pasó mucho tiempo antes de que, echando cuentas, ambos bebieran más de la marca odiada que de aquella que tanto ansiaban.
decir esta palabra puede provocar momentos mágicos en la vida de uno.

Dudo

de si la niebla está muy focalizada o hay algún pringao quemando rastrojo.